Parte 1: La auditoría interna en sistema de gestión de calidad. Consideraciones en el ámbito sanitario (I)

 

El termino “auditoria” es bastante ajeno al lenguaje utilizado en el ámbito sanitario, mientras que para el mundo empresarial y financiero se trata de una palabra de frecuente uso y con diferentes concepciones según el campo en el que se aplica.

Ciertamente la auditoria es un concepto en el marco de los sistemas y la gestión y ya la propia  definición que encontramos de ella en la RAE lo plantea en este sentido “Revisión sistemática de una actividad o de una situación para evaluar el cumplimiento de las reglas o criterios objetivos a que aquellas deben someterse”.

Los profesionales sanitarios utilizamos otras palabras diferentes cuando se trata de evaluar , diagnosticar o  controlar determinados procesos de los pacientes , sus síntomas y signos , la evolución en determinadas situaciones etc. Ciertamente  los enmarcamos con una visión sistémica , pues cuando pensamos en la determinación y seguimiento de  un parámetro de la analítica  de un paciente , los resultados se interpretarán junto con distintos hallazgos y situaciones que interactuando entre si determinarán  el estado y evolución de problema de salud de ese paciente.

Al trasladar los planteamientos de los sistemas de gestión de calidad  a los servicios sanitarios parece claro que para los profesionales el tercer punto del ciclo de mejora continua PDCA , planificar , hacer controlar y actuar. El control, es obvio y también encaja en lo que significa la mejora del estado de salud del paciente al disponer de una información que permita  tomar decisiones y actuar. 

La norma ISO 9001  referida a los requisitos  del sistema de gestión de calidad , incluye la auditoria interna en el  punto de la “evaluación del desempeño” , punto nueve en la versión del año 2015 de la norma, 9.1 Seguimiento, medición, análisis y evaluación , 9.2 Auditoría interna y 9.3 Revisión por la dirección.

En la norma la definición de auditoria refiere que es un “Proceso sistemático, independiente y documentado para obtener evidencias objetivas y evaluarlas de manera objetiva con el fin de determinar el grado en el que se cumplen los criterios de auditoria», incluyendo términos que para el ámbito sanitario son fáciles de comprender.

Inicialmente la auditoria es una “evaluación”, es decir es una comparación y para poder llevar esto a cabo hay que definir “comparar con qué” es decir tener criterio. Si yo quiero evaluar la necesidad o no de transfundir a un paciente determinado, desde luego además del valor encontrado en la hemoglobina tendré criterios de los limites que debo considerar en un  determinado tipo de paciente.

La evaluación también del paciente es un proceso organizado y debe hacerse con independencia, es decir el  auditor/evaluador no debe mantener implicación directa con lo evaluado, evitando los posibles sesgos , por lo que en lo posible la evaluación debe ser objetiva , basada en los hallazgos de evidencias.

Y desde luego todo este proceso debe de documentarse, de la misma forma que debemos conocer el estado de la evaluación y seguimiento de los pacientes y sus síntomas y disponer de los registros necesarios para asegurar esa continuidad asistencial.

La finalidad de la auditoria interna según la norma ISO 9001 es comprobar que el sistema de gestión de calidad cumple con los requisitos de la propia norma y también con los que la organización tiene definidos para su desarrollo y por otro lado que  el sistema está implantado y se desarrolla eficazmente.

Podemos enumerar las característica que debe tener una auditoría interna y la primera es  que los beneficios obtenidos de la misma justifiquen el esfuerzo que conlleva su  realización. La auditoria interna debe de ser un proceso eficiente. De la misma forma ocurre cuando evaluamos a un paciente mediante una prueba de diagnóstico debemos pensar siempre si los beneficios que aporta la misma la justifican. La adecuación de las pruebas diagnósticas y las estrategias de “no hacer” son un espacio amplio en el ámbito sanitario.

La auditoría interna es un proceso planificado. Hay que preparar un programa para la misma , cada cuanto la haremos , el alcance que tendrá , de que manara y con qué metodología. En el control de un tratamiento de un cáncer de próstata , planificaremos cuando revisaremos , con qué pruebas y quién se encargará  para comprobar los resultados y efectividad del mismo. Igual que en el caso de las auditorias internas , al planificar la evaluación y respuesta del tratamiento , tendremos en cuenta los informes previos y los resultados de las pruebas realizadas anteriormente.

Hay que tener claro los criterios de la auditoría y el alcance  de lo que se está auditando, es decir con qué vamos a centrarnos en los procesos y situaciones que estamos auditando y compararlos con una serie de patrones . 

No podemos ni debemos imaginarnos una evaluación del tratamiento de la diálisis de un paciente  con enfermedad renal crónica realizada por un profesional que tiene una amplia formación en filosofía griega, pues no tiene ninguna competencia ni experiencia en lo que significa el problema de salud de nuestro paciente ejemplo, como de la misma forma tampoco lo podemos hacer en el caso de que sea el nefrólogo del paciente anterior valorando el proceso de encendido y ajuste de un reactor nuclear. Para auditar y para evaluar hay que tener criterio.

En este sentido es fundamental el  seleccionar los auditores y asegurarse de la objetividad y la imparcialidad del proceso. Cuantas veces un profesional sanitario, a pesar de su experiencia y conocimiento le pide a otro colega que evalúe la situación de un familiar  buscando esa objetividad necesaria para poder  disponer de un diagnóstico lo más acertado posible y no estar influenciado por situaciones y vivencias personales que no ayudarán a la certeza buscada.

Los resultados de la auditoria tienen que informarse a los responsable del proceso en sus diferentes niveles y según proceda.

Después de una evaluación clínica, los resultados de la misma tienen que  comunicarse al paciente, o en su caso al responsable del mismo  que proceda en cada caso para que dispongan de la información mas adecuada para la toma de decisiones. 

La utilidad de la auditoria interna está ligada a las acciones correctivas que se desprenden de la misma. Su realización  se  centra en el papel que tiene en  la mejora continua, con lo que  la información y resultados de la misma  deberá ir seguida de  los cambios y acciones correctivas  que se determinen.

La realización de un electrocardiograma y una analítica en la sala de urgencias a un paciente en el que se sospecha  este ocurriendo un infarto de miocardio , está totalmente ligada a los posibles tratamientos y actuaciones que se deriven de  la comprobación de  esa patología  mediante las alteraciones detectadas y evidencias en la pruebas complementarias.

Y aunque parece una obviedad, hay que  decirlo, pues como refiere la definición en la norma. La auditoria interna debe estar documentada, de la misma forma que los hallazgos de una exploración clínica o los parámetros detectados en una determinada prueba en la valoración de un paciente deben ser trasladados y documentados en la historia  clínica del paciente.

Como se puede desprender de las consideraciones previas, la auditoria interna en el sistema de gestión de calidad es un proceso cercano a la organización y de metodología de trabajo en el ámbito sanitario.

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