La mala prensa que tiene el termino “inspección” y que también se ha trasladado al de “auditoría”, tiene que ver sin duda con el concepto peyorativo que se ha adjudicado a estos dos procesos , ligados a situaciones como que algo va mal, es que van a descubrir los errores , o que vamos a quedar en evidencia, etc.
Se trata de planteamientos que desde luego están totalmente alejados de los principios que debe reunir la mejora continua como elemento clave y eje de los sistemas de gestión de calidad.
Como canta Silvio Rodríguez en “pequeña serenata diurna” lo de “que no es lo mismo … pero es igual”, ( enlace musical a pie de página ), se trata de dos situaciones diferentes con un principio de base similar como se comenta a continuación.
En un escrito anterior de este blog se describían los elementos conceptuales de las auditorias internas en el marco de los sistemas de gestión de calidad y se hablaba de las mismas como evaluación. Nos referíamos a la comprobación de lo que debe ser el sistema y modelo de interacción y desarrollo de los procesos y también del cumplimiento de los requisitos de cada uno de ellos y de los productos y servicios definidos por la organización.
Siguiendo el título, se trata de dos herramientas y metodologías diferentes con distinta finalidad y que deben tenerse en consideración de forma conjunta y desde luego no excluyente.
El abordaje y revisión del sistema de gestión de calidad, que plantea la auditoria interna, no debe de ser realizado en forma puntual, pues no se busca el fallo o éxito en un determinado momento, sino que se busca el nivel de funcionamiento en un contexto general y en un período de tiempo. La auditoría se centra principalmente en todo el sistema de gestión, aunque evidentemente puede tener un alcance parcial a uno o determinados procesos.
Por otro lado la inspección, hace un análisis de un proceso concreto , equipo o sistema valorando como funciona en un momento determinado con un alcance más limitado que la auditoría, centrándose en el lugar de trabajo, el equipo y las actividades de los profesionales .
La auditoria debe conllevar una planificación documentada que prevea qué temas se van revisar y con qué criterios, orden, etc. La auditoria siempre se hace con una comunicación previa , el auditado sabe cuando se hará y quién se encargará de llevar a cabo la auditoría , y debe disponer de un programa previo en que se le indican los procesos y profesionales a auditar y de alguna manera se le trasladan los criterios de la auditoría.
La inspección puede hacerse ante una necesidad y en algún caso puede no tener una planificación y puede hacerse sin comunicación previa, de hecho a veces se realiza por sorpresa buscando encontrar aquello que se sospecha .
La auditoría persigue verificar evidencias y hechos , tanto negativos como positivos con una visión global más proactiva, incluso buscando identificar los posibles riesgos y oportunidades, implicando tareas diferentes como examen evaluativo o análisis de situaciones y datos.
La inspección se centra en la verificación de situaciones consideradas como inadecuadas, con el fín de establecer medidas para su solución y en ocasiones sigue una estructura basada en listas de verificación.
La auditoria y la inspección, pueden y deben convivir en el sistema y aunque se trate de actuaciones diferentes organizadas para objetivos diferentes como se ha apuntado previamente, tienen aspectos en común y pueden ser complementarias.
Como resumen de lo expuesto y con estas consideraciones realizadas, si queremos denominar las auditorías y las inspecciones con dos palabras , podríamos referirnos a evaluación y control respectivamente.